Domingo de monas
Llegando a Las Barracas sentimos un fuerte olor y al pasar la casa nos encontramos pastando a un animal familia de la cabra (cabrón), macho cabrío o chivo, cuyos hijos jóvenes se llaman cabritos o chotos. Los nombres varían de significado según la ubicación geográfica.Cipreses, seguimos andando hacia la fuente de Los Mateos y encontramos dos clases de orquídeas.
Más adelante,en Las Jordanas vemos el garrofero centenario y camino de las cobaticas zarzas y flores de lavanda.
Entramos en la oficina de información de Las Cobaticas y vemos fotos antiguas.
Bajamos hacia los aparcamientos y desde allí al bancal de Benzal a la Playa Larga.Volvemos a los aparcamientos y merendamos a la sombra de los pinos que nos dan algo de abrigo.
Desde allí nos encaminamos a la casa del palmero, la casa de Pascual con su era.
Vemos la cueva "del refugio" de la cual se sacaba láguena para los tejados de las casas y también sirvió para guarecerse de los bombardeos en la guerra.
También vemos la cueva del Gavilán y curiosamente una gaviota planea sobre nosotros.
Pasamos las jordanas y vemos los dos olivos centenarios de la casa del pino y unas hijuelas que posteriormente serán palmisones.
A ambos lados de la carretera plantaciones de cebada con alguna amapola y unos lirios blancos.
Junto a la autovía unos cardos en flor.
Tradicionalmente, el Domingo de Resurrección, las familias salían al campo a disfrutar de la naturaleza.
Solían pasar el día y por la tarde comerse la mona, que podía ser de rollo o de bollo, ambas con huevo o sin huevo.
Andrea y Laly
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